Enseñar Matemáticas o Ciencias Sociales, no es lo mismo

Erasmus 2013 buenos profesores José Manuel Bautista

Hace unos días uno de mis hijos, escolarizado en Educación Primaria, me decía:

―Papá, estoy encantado con este profesor. Este año me enseña Ciencias Sociales y me encanta. El año pasado en Matemáticas no me gustaba tanto, no la enseñaba tan bien.

Hasta un niño se da cuenta, de algo. Detrás de la inocencia de esta aparentemente insignificante frase, hay elementos que conviene destacar para que todos seamos conscientes de ellos.

Conocimiento de lo que se enseña

Todo profesor no puede enseñar de la nada. El conocimiento de lo que se enseña es lo primero importante para el que aprende. Luego vienen muchos más elementos (comunicación, entorno, emociones, instrumentos, etc.). Veremos algunos de ellos a continuación.

Cierto es que hay quien dice que todo lo que es enseñado en la escuela Primaria y Secundaria, y más allá de ellas, se olvida. Este es otro debate. Algunos de éstos pretenden sacar todo contenido de aprendizaje de la escuela para enseñar sólo algunas otras cosas que consideran «más válidas» para la vida.

Los contenidos de aprendizaje son seleccionados por un conjunto de expertos. Esto ocurre en todos los países. Los mismos contenidos no varían de tiempo en tiempo, pero van sufriendo actualizaciones y transformaciones en toda época. Hablaremos de la utilidad de los contenidos a aprender en un próximo post, tratando de responder a la pregunta: ¿es útil o no lo que aprendemos?

Pero decimos que está el conocimiento de lo que se enseña, cuán importante es. Se trata de un haber que todo docente debe poseer. Para eso se le forma durante largos años, en grado y postgrado, contenido profesional del campo del saber de su especialidad y contenido pedagógico con el que más que teorizar deber haberse «soltado en su forma de enseñar».

Foto: http://www.huffingtonpost.com/

Un punto crítico

La crítica la tenemos acudiendo a nuestra propia experiencia. Todos hemos tenido experiencias de profesores mal preparados. Recuerdo que era habitual, por ejemplo, en la enseñanza de idiomas. Esta situación era más atribuible, por ejemplo, a la organización del sistema que a otra cosa. Por lo general, los profesores están bien preparados, en lo esencial, pero si tienen que enseñar algo para lo que específicamente no fueron formados, estamos ante un problema…

Yo recuerdo cuando me enseñaron francés. ¡Para contarlo!

El contenido debe ser comunicado

No voy a dejar de insistir en esta importante cuestión. La enseñanza es comunicación, por tanto, cuanto más y mejor sea nuestra competencia comunicativa, previsiblemente mejor será nuestra enseñanza.

Puede haber más factores intervientes, pero, ¿mi hijo hacía referencia a una u otra cuestión de las comentadas? No lo sé. Es difícil saberlo.

Quiero tener claro hoy que si la primera, es decir, la solvencia de los profesores en cuanto a los contenidos de la materia, es prácticamente un hecho, la solvencia en cuanto a la manera de comunicarse en las aulas no lo es tal. Algunas razones las he apuntado antes. Aquí no es fácil poner la mano en el fuego, por lo general los profesores no han sido entrenados para ser buenos comunicadores.

Sin embargo, si son conscientes de este problema, por tanto, lo primero es tener conciencia de que pueden mejorar su competencia comunicativa, tienen la posibilidad de trabajar esta competencia en adelante. Hoy hay muchos y buenos recursos, incluidos online.

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