Este es el último pedido del Club de Roma, ese laboratorio de ideas con sede en Suiza. En concreto, propone a los gobiernos recompensar con 80.000 dólares (71.000 euros) a las mujeres por no tener hijos, o tener uno sólo.
Esta receta forma parte de la última publicación de este Club, Reinventing Prosperity (Reinventando la prosperidad. Gestionar el crecimiento económico para reducir el desempleo, la desigualdad y el cambio climático). Sus autores, Graeme Maxton y Jorgen Randers, enuncian treinta propuestas “para mejorar nuestro mundo”, desde reducir el número de jornadas hasta aumentar la edad de jubilación. La premisa sigue siendo la misma desde 1968, la idea de que hay demasiados seres humanos en el mundo y que, de seguir a este ritmo, acabarán destruyendo el planeta.
Pero justo en la realidad ocurre al contrario: el ser humano crea más recursos de los que destruye y la pobreza, el atraso y la desigualdad tienden a disminuir, no a aumentar, como afirman quienes con la verdad de las estadísticas critican este grupo de iluminados.
Es más, lo que amenaza hoy al bienestar de la especie humana no es la explosión demográfica, sino la caída de la natalidad y la falta de reemplazo generacional en muchos países, siendo en otros la invasión de dinero y armas para destruirlos desde los primeros, donde se instalan quienes quieren seguir manejando al mundo más allá de toda civilización del amor.