Todos aquellos que se proponen la opción de emprender inciden en más o menos aspectos que son de utilidad al emprendedor. Competencia, habilidad, pasión, aprendizaje, forman parte de la mochila imprescindible de todo emprendedor.
Pero ocurre que en ocasiones el problema de la falta de emprendimiento, situado éste en el momento que se vive la juventud, deriva de la falta de ocupación, algo que en palabras de Frankl determina la neurosis de la falta de ocupación. Jóvenes y, en ocasiones, sus familias, en estado de shock por esta cuestión…
Este es un tema ya descrito en otros lugares y para otros colectivos: las crisis de los jubilados y pensionistas pone de manifiesto la importancia del tema, la cual no es otra expresión que la «neurosis de la falta de trabajo».
Pero, ¿qué es la neurosis de la falta de ocupación en la juventud? Falta de ocupación y neurosis, situación y consecuencia derivada, algo que ha ido afectando a buena parte de la juventud desde la inauguración de la modernidad y el establecimiento de la postmodernidad que, en definitiva, no supusieron más que poner al sujeto en el centro de todo para más tarde descolocarlo y sentar las bases de la relatividad más absoluta. Estamos ante sus consecuencias.
Un verdadero cócktail de causas están detrás de esta falta de ocupación, algunas de las cuales han hecho especial mella. Entre ellas la forma en que hemos sido educados en el hogar y en las escuelas, donde la sobreprotección, la ausencia de responsabilidades y el carácter teorizante de la formación dieron en la diana de la inactividad y hasta de la indolencia. Fuimos preparados de la peor forma.
Harvey Cushing afirmó que la única manera de hacer duradera la vida es siempre tener una tarea que completar. Si quieres como emprendedor un par de claves ahí las tienes: una tarea que completar y, antes que ella, el deseo y la voluntad de tarea, o lo que es lo mismo, voluntad de emprendimiento.
Aprender haciendo, afrontar y enfrentar la tarea, trabajar duro por minimizar el riesgo, el compromiso con la acción… son verdadero lenguaje del emprendedor y el mejor antídoto contra la neurosis de falta de ocupación.
Es necesario ser antes que hacer, pero toda interioridad pura no es más que una personalidad atrofiada.