Oír que todo el mundo tiene talento es como pensar en un inmenso tsunami que lo arrasa todo.
Parece una terapia para el mundo entero, desde una educación en manos del optimismo más comercial. Pero, ¿de veras todo el mundo tiene talento? Piénsalo bien, ¿cuál es tu talento(s)?
Muchos de los que han recibido estas píldoras a lo largo de los años, en un examen de sí mismos y entendiendo bien lo que significa el talento, han caído en la cuenta de que es posible que sean buenos en una o varias cosas, pero el talento, eso parece otra cosa. Se identifica el talento de Mozart o Jobs, entonces ¿qué define el talento?
Un detalle más. Estamos inmersos en un verdadero programa de talentización en muchos lugares del mundo, pero los resultados están aún por llegar en lo que se refiere a amplias capas de la sociedad. La idea de que todo el mundo es talentoso en alguna cosa y que sólo hay que encontrar qué es esa cosa, parece más bien un mito. Parece que la mayoría de las personas no son talentosas en nada, si bien la mayoría de la gente puede ser buena en alguna cosa.
El caso de Sara Blakely
Sara Blakely, fundadora de Spanx, la marca de fajas modeladoras para la mujer mundialmente conocida, es un caso digno de mención. Habrá quien diga que entra en la categoría de golpe de suerte haberse encontrado en el camino con Oprah Winfrey, pero su filosofía de hacer un mundo mejor, también un trasero mejor (son palabras de ella), son reveladoras de su éxito. A menudo se refiere a sí misma como alguien que supo aprovechar una oportunidad dada a una mujer. Cuando habla de su empresa, sus orígenes, cuando describe su particular liderazgo y cómo afrontar el trabajo, cuando se le ve en acción llevando y mostrando sus propias fajas en campañas publicitarias para Spanx, ahí vemos a la Sara Blakely como una mujer con talento.
Los componentes del talento podrían ser: capacidad, compromiso y acción. Aunque el talento no es innato y, por tanto, se puede desarrollar, es fundamental desplegar la capacidad o las capacidades que nos pueden llevar al mismo. Echar una mirada alrededor evidencia que lo fortuito o la “suerte” parecen estar detrás de la identificación de estas capacidades en amplias capas sociales. Además, este “puedo” de la capacidad necesita el “quiero” del compromiso, en un esquema que hace inservible las claves del talento si la persona no se presenta afirmativa en estas dimensiones. Finalmente la acción, o como diría Malcolm Gladwell sobre los “fuera de serie”: es necesario el trabajo continuado y duro para que aflore el talento.
Que todo el mundo no tenga talento, incluido tú mismo, no debe ser motivo para la tristeza. Si a lo que te refieres es a ser bueno en algo, ahí no hay problema, un trabajo continuado y concienzudo te puede llevar a sobresalir de la media anónima, ésa que abunda y que hoy algunos pretenden convertir en talentosa como objetivo publicitario.