Me gusta decir que somos la media de las experiencias que hemos vivido, no de las cosas que tenemos.
Y puedes decirme que hay mucha gente que es la media de las cosas que tiene, ciertamente. Pero como es absolutamente prioritario ser antes que hacer, y más importante ser que tener, logramos entender entonces que la dimensión del ser es la esencia de una vida plena y que ésta se nutre, en uno u otro sentidos, de experiencias a lo largo de nuestra vida.
Hacer cosas a lo loco
Ni siquiera hacer cosas, muchas de ellas sin sentido, tiene el valor de vivir experiencias. Hacer cosas, a veces a lo loco, es uno de los rasgos de la vida moderna, donde la prisa y el estrés se están imponiendo. Muchos viven haciendo cosas, pero en un sentido que parece más bien poseer lo que hacemos. Es como una colección de numerosas actividades en un movimiento consistente en terminar de hacerlas para, simplemente, empezar de nuevo a hacer más cosas.
Pero justo al frenesí de este movimiento unos se preguntan, quienes logran hacerlo claro está, otros ni siquiera son conscientes de la importancia de estos interrogantes, si todo lo que hacen tiene sentido. ¡Cuántas veces se responde a esto con un NO!
Pero este interrogarse así mismo lleva aparejado una importante tentación: pensar que la pregunta, y la respuesta, franca y sincera, realista, de afirmar que todo lo que hacemos o buena parte de ello no tiene sentido, no es prioritario. La tentación lleva así a engañarnos a nosotros mismos y seguir ciegos al mundo.
Preguntarme a mí mismo es, por el contrario, el primer paso al que debe seguir la valentía que te permite cambiar de vida y trabajar siempre por el sentido de las cosas.
Las experiencias que modelan tu vida
Tener experiencias es, de esta forma, haber afirmado el sentido del contenido de la vida, ser conscientes de que para esto estamos aquí, admitir el significado y la plenitud de emprender.
Por eso pregúntate siempre, adopta una actitud crítica, trabaja por adoptar un enfoque luminoso en tu vida. Esta es la forma en que vas a gozar en el presente de experiencias que llenen tu vida más allá de las muchas cosas que te suelen dejar en lo superficial.
Ciertamente, emprender con plenitud en una vida que ilumina tu yo y la vida de otros, gozar de esta experiencia, es la mejor manera de ser en la vida, tener vida y comunicarla.