Larry Page, uno de los fundadores de Google, ve lo que otros no ven. Me refiero a percibir la realidad, escudriñarla, desentrañar sus secretos…
Tal vez daría igual hablar de Larry Page o Sergey Brin, este último el otro fundador de Google, cofundadores ambos de este inmenso “laboratorio” generador de ideas.
Como consecuencia de esta mirada penetrante, ellos intervienen en la realidad de una manera profunda, resolviendo problemas de manera original, adelantándose a otros, o creando o satisfaciendo necesidades que, de cualquier forma, les permiten ganar millones de dólares.
¿Qué ve Larry Page?
Esta es buena pregunta, ¿qué ve Larry Page que nosotros no veamos? La respuesta es sencilla: la misma realidad, pero de otra forma. Idéntica realidad, pero desde otra perspectiva. La realidad que tú y yo conocemos, pero con una luz y enfoque diferente. El escenario en el que nos movemos todos los días, pero desde otra óptica, para otra cosa, sacando otro jugo de ello.
No hay más, nada más y nada menos que esto, lo cual le permite presentarse como lo que es, alguien que es capaz de transformar el mundo y, desde luego, la forma de vida de todo ser humano.
¿Cómo lo ha logrado? Cuando estudiamos a fondo la persona de Larry Page a lo largo de los años, determinados elementos flotan en la realidad y pueden ser destacados. Se trata de una serie de principios que le permiten garantizar el éxito.
¿Cuáles son los principios de Page para garantizar el éxito?
Establecer objetivos.
No temer al fracaso.
Mantenerse organizado.
Concentrarse en el largo plazo.
Tener una buena idea.
Proveer soluciones a grandes problemas.
Asumir Retos.
Escoger bien a tu equipo.
Adaptarse a los cambios.
Estos son principios ganadores, está demostrado.
En el concreto terreno de la tecnología Page afirma: “Sólo se ha arañado el 1% de lo que la tecnología puede hacer. Eso significa que hay un 99% de territorio virgen en este campo”. Y añade: “Si no estás haciendo algo considerado una locura, está haciendo las cosas mal”.
Emprender de esta forma se convierte en algo grande y satisfactorio, a pesar de los problemas y el riesgo inherentes. Estos últimos se superan con el binomio: asumir retos y ambiciones, mantenido de forma constante y potente.
Lo mejor de todo es que estas historias pueden repetirse en cualquier momento. Hay muchas esperanzas.