Cierro esta semana con un artículo sobre el fracaso, en ese círculo vicioso que acontece en la vida que tenemos que transformar en círculo virtuoso. Por eso acompáñame para comprobar por qué tu fracaso no es entero.
Quien entiende que fracasa, en su personalísima idea de qué es fracasar, entiende siempre que su fracaso es completo, nunca sólo una parte, siempre total. Cierto o no, equivocado todo o una parte, el emprendedor que posee esta actitud se desafía a sí mismo y termina por hundir todas sus expectativas con una idea tan pesada que no cabe ninguna más. Sobre todo no cabe aquella que dice que tal vez su fracaso no sea tal, no sea para tanto o, al menos, sólo sea un tropiezo del que mejor sería aprender.
La actitud de quien fracasa es totalitaria
La actitud de quien dice fracasa es totalitaria, desafiante y provocativa, aún en su apariencia de no haber roto nunca un plato. Con esta discusión sobre sí mismo, la persona trata de ocultar un mal emocional naciente que profundiza aún más en esa brecha afectiva para consigo mismo. Quien dice fracasar deja de quererse poco a poco hasta no valorarse nada, actitud que cierra toda posibilidad de reacción. ¡Caput! ¡Ahí acabó la historia!
¿Qué es el aprendizaje para que uno se considere fracasado de esa forma? Nada. ¿Qué es la capacidad de reacción de alguien así? Menos aún. Si ahí se acabó la historia, piensa, para qué, por qué y de qué reaccionar. Está claro, para nada.
El mensaje va, además, dirigido a sí mismo, focalizado sobre el yo que se cree fracasado, para terminar de redondear una experiencia que autolegitima el posterior inmovilismo. La necesidad, entonces, de aquellos que rodean al que “fracasa” se convierte, según sus propios deseos, en una necesidad vital para justificar el fracaso. Y dice de sí mismo en voz alta, aunque nadie puede oírle:
―Que todo el mundo lo sepa, he fracasado.
Del círculo vicioso al círculo virtuoso
Convertir este círculo vicioso en un círculo virtuoso es la primera necesidad de este yo roto por un fracaso subjetivo. Por eso te digo, tu fracaso no es entero, tu fracaso es relativo, tu fracaso es imperfecto.
Tu fracaso forma parte de la historia y la historia no es más que un montón de mentiras, una colección de acontecimientos sin memoria. Tú tienes el poder de cambiar la historia.