Como lo importante es empezar, te dejo un par de secretos para arrancar. Sal de la cama y ponte ya.
El discurso de muchos de nosotros, la mayoría de las veces sin darnos cuenta, es aquel que lleva el “si” condicional o el “cuando” por delante. Habitualmente repetimos: si tengo este ordenador podré hacer aquello (antes no), si tuviera acceso a estos datos, si tuviera tiempo, si tuviera esta formación o conocimiento…
Igualmente funcionamos de acuerdo al “cuando”: cuando tenga esta beca, cuando posea estos recursos, cuando consiga esa financiación, cuando tenga estos medios para emprender… ANTES NO.
La gran lección de la vida
La gran lección de la vida es que para la inmensa mayoría de la gente todo esto jamás llega. No conseguimos ni la beca, ni el dinero, ni los recursos, ni tenemos acceso a esa formación, ni a esos recursos extra, u ordinarios, ni estar en ese lugar del que parece que depende tu vida, ¡ni estudiar en Harvard! La mayoría de la gente en el mundo que conocemos no lo logra jamás, nunca esto formará parte de su vida. Sin embargo, este no es el final de la historia. ¿Es esto motivo para dejar de emprender? ¿Es este el argumento que hacemos hegemónico a la hora de conseguir cosas en la vida? ¿Todo depende exclusivamente de esto?
Un momento. ¿Dónde están las buenas ideas? ¿Dónde está tu capacidad desarrollar las ideas que tienes dentro del ambiente que “te ha sido dado”?
Por qué vas a Harvard si estás en internet
Hace algunos años, en un momento que era realmente el comienzo de internet, el decano de la School of Arts de la Universidad de Harvard afirmaba en el magazine The Yard, de la misma Universidad: “Por qué vienes a Harvard si estás en internet”.
Se trata de una frase ambivalente. Toda Universidad necesita alumnos para funcionar, para existir. Pero, ciertamente: “¿Por qué vas a ir a Harvard si tienes acceso a internet?
Nunca vamos a tener los recursos suficientes, el dinero necesario, los amigos idóneos, los socios perfectos, los compañeros acertados, al menos del todo. Tal vez nunca vayamos a Harvard, ni a Silicon Valley, ni anidemos nuestra idea ni nuestro proyecto en el ecosistema perfecto, tal vez nunca… Y mientras tanto llega todo eso y la vida se va marchando… ¿Qué haces? ¿Por dónde empezar?
Vive momentos de lucidez y crecimiento
Si tus preocupaciones ya van más allá del alimento que tomas, las horas que duermes o la actividad física que haces para estar bien, y créeme que esto es importante, entonces agarra lo que tengas “a mano”, parte de tus ideas y hazlas madurar con lecturas, vídeos, charlas, conversaciones, redes de contactos… todo aquello que te permita vivir momentos de lucidez y crecimiento.
Esta es una buena manera de empezar. Abre la puerta de tu confort y sal fuera. Allí hay mucha vida.