Hoy, y estoy seguro de que siempre fue así, no hay otra manera de ganar de verdad. Ocurre que en la tensión de la vida ésta es una de esas cosas importantes que olvidamos. Es la persona plena la que está ligada a su porvenir. Es la persona del emprendedor la que resume una experiencia rica y nueva, acompañada de seducciones de todo tipo, por eso la posibilidad de la renuncia, de tirar la toalla, de consumir el lado menos jugoso de la vida.
Esta es la tensión permanente en la vida de toda persona, de la que no nos libramos fácilmente. Pero no es heroico ganar la autenticidad, es sólo valentía.
Comunica con autenticidad
Hay una gran ventaja en la autenticidad, en el marco de la coherencia, cuando somos nosotros mismos sin doblez, porque ese disimular se nos nota. Un ejemplo claro lo tenemos en la comunicación, hecho fundamental en el emprendedor. En la comunicación, el dato fundamental de la experiencia no es el estado más sutil o más general que se quiera. La comunicación es el acto por el cual me afirmo al expresarme.
Claro que este acto tan simple en apariencia es el resultado de una maduración compleja y de un equilibrio frágil que se fragua con los años. De ahí la importancia de ir tomando las decisiones adecuadas durante el tiempo que dura nuestra maduración.
Mimi Ikonn es auténtica y se le nota
Y comunicar y comunicarse con autenticidad lo es todo. Mimi Ikonn encuentra en este punto una de las claves de su exitosa vocación delante de millones de personas que deciden ver sus vídeos y, también, comprar los productos de los que habla. Siempre habla de lo que sabe, de lo que conoce bien, de lo que le gusta, de lo que le apasiona. No tiene doble fondo, es auténtica y, repito, se le nota y por eso gusta a millones de personas.
Hay quien decide darse con reservas, con plena arbitrariedad, situación que siempre es precaria. Se trata de aquellos que pintan de colores sus sentimientos, con más marketing que huella real. Aquí siempre hay sequedad. ¿Y sabéis lo que pasa? Que todo el mundo nota que no son auténticos.
Por el contrario, aunque hay algunos que tienen una repugnancia visceral al compromiso y a la coherencia, hay que buscar que la acción sea intensa y “atenta al fortalecimiento de lo que dura”. Rehusar el compromiso y la autenticidad es rehusar la condición humana.