Esperar la aprobación del otro puede llevarte a parar el motor de tu creativo yo emprendedor, en pleno vuelo. Pero tú, lo que debes hacer es VOLAR.
El ser humano es social por naturaleza, lo que implica que nos jugamos mucho en sociedades que somos capaces de construir con las condiciones necesarias. Una vez adherido a determinados valores por naturaleza, la capacidad de mejorar creativamente las diferentes formas de sociedad por parte del ser humano es envidiable, como capacidad…
Pero hablamos de condiciones necesarias, nos referimos a la posibilidad de que la personalidad poliédrica del ser humano configure sociedades ricas, o pobres, en todo sentido. Por eso tiene su importancia pensar siempre este tema, dedicarle la atención oportuna y desplegar las mejores condiciones para estas formas de sociedad.
Qué raros esos aventureros
Todos hemos nacido en alguna forma de sociedad, vivimos en sociedad. Cualquier otra forma de vida nos parece rara, como rara podemos ver a la persona aventurera o con estilo de vida nomádico. En sociedad crecemos y nos formamos, aquí configuramos nuestra personalidad. Dentro de la sociedad, determinados espacios y ambientes quedan configurados como ecosistemas cuyo caldo de cultivo nos lleva, más allá de nuestra naturaleza, a poseer una condición determinada.
Esta condición es notablemente diferente dependiendo de la cultura y país. Esto es algo fácilmente observable y de lo que pueden extraerse notables conclusiones. Una de estas cosas es, en determinadas culturas, la necesidad de hacer cosas previa aprobación. Dicho de otra forma: no hacer nada, ni emprender en el sentido más general, hasta que otro no lo apruebe. Aquí no me refiero solamente a la aprobación institucional o administrativa, que es importante; hablo sobre todo de la aprobación psicológica, la que más impacta en nuestra conducta, dado que somos seres dependientes, por naturaleza… pero, ¿hasta dónde?
Quien espera, desespera
La paradoja está servida, dado que somos también seres complejos. Es por ello que esperar la aprobación de otro, en toda circunstancia, momento y lugar, es un acto de dependencia psicológica que contraviene toda personalidad proactiva. También desgasta toda posibilidad de conducta asertiva. Igualmente entorpece todo comportamiento carismático hasta convertir a la persona en un ser mutilado, incapaz de emprender.
Rodearnos de personas así, o haberlos tenido cerca durante nuestra formación, imposibilita la maduración de un rico yo personal, el de cada cual. ¿Es ésta una de las barreras para emprender? Probablemente sí.
Vuela siempre
Si esperas la aprobación siempre, tu personalidad se hará dependiente. Si, por el contrario, quieres emprender, deberías confiar más en ti mismo, trabajar duro para generar más empatía propia en lo que eres y en lo que haces. Luego despliega tus ideas libremente, no esperes tanta aprobación, en ocasiones no es más que un retraso en el despliegue de tu personalidad.
Esperar la aprobación del otro puede llevarte a parar el motor de tu creativo yo emprendedor, en pleno vuelo. Lo que debes hacer es VOLAR.