Mucha gente se pregunta de dónde viene la capacidad de constancia y la fuerza de enfrentar las distintas situaciones mientras emprendemos.
Como tantos otros, es un tema complejo que depende de muchas variables hasta tener una radiografía completa que permita comprender qué está detrás de un emprendimiento lleno de vitalidad, de energía y de sentido. Me gustaría ahora contarte algunas de estas claves.
Es habitual en la literatura moderna sobre el tema y en los gurús que recorren con sus discursos el orbe entero, leer y escuchar que para ser una persona, cuanto más un emprendedor, constante y que ata la realidad en corto, es necesario cumplir con hábitos de sueño, trabajo, comida, descanso, ejercicio físico y trabajo mental elementales. No podemos negar la importancia de estos hábitos, tan descuidados a veces, en la vida de las personas.
Pero me gustaría apuntarte algo más. Me gustaría hablarte de la capacidad de apertura, de la necesidad relacional de la persona. Afirma Viktor Frankl que solamente en la medida en que nos damos, en que nos exponemos y nos entregamos al mundo y a la tarea y a las exigencias que de él irradian sobre nuestra vida, solamente en la medida en que nos preocupe lo que pasa allá afuera en el mundo y en las cosas y no de nosotros mismos o de nuestras necesidades en exclusiva, solamente en la medida en que realizamos una misión, cumplimos con un deber, llenamos un sentido o realizamos un valor, en esa misma medida nos realizamos y consumamos a nosotros mismos.
Coloca ahora como emprendedor esto en el centro de tu acción, darás sentido a tu misión y energía a tu acción, fuerza al valor con que emprendes y constancia al hábito con el que has de perpetuar tu obra.
Consumar un sentido es la mejor forma de penetrar y conformar una gran misión en tu particular forma de emprender.
La perseverancia no tiene sustituto, la adversidad se vence con la fuerza de voluntad y la resiliencia
Gracias Blas.
Así es, todos esos valores y actitudes son genuinos en el ser humano. Pero no se tienen como caídos del cielo, es necesario conquistarlos y trabajarlos con esa perseverancia de la que hablas hasta hacerlos fuertes en tu persona.
Con afecto.
José Manuel.