Estamos ante un tema enorme que está casi desaparecido en los debates en educación: el principio de autoridad en educación.
No me refiero a los permanentes comentarios y hasta quejas que este tema provoca entre educadores y profesores, profesionales o no. Hablo, sobre todo, de tiempo y espacio para el análisis y, sobre todo, conclusiones sobre las que podamos tener algunos acuerdos de mínimos.
Un libro sobre el hundimiento de la paternidad
Cayó en mis manos el libro del Dr. Leonard Sax, El colapso de la autoridad. Si estás interesado puedes localizarlo aquí. Un libro muy interesante que te recomiendo porque trata el tema de la autoridad en la educación. Lleva por subtítulo el no menos interesante de Cómo no abdicar ante la dictadura de las redes y de la presión social.
No planteo un acuerdo total o parcial con los postulados de este libro, pero creo que es absolutamente necesario abordar el tema. Hoy se está produciendo una caída al fondo de un pozo, en la que aún no hemos tocado fondo. Muchos padres y madres viven con desasosiego este tema, algunos con enorme preocupación. Sin embargo, el diagnóstico del libro es claro: la paternidad se está hundiendo. Sax emplea el término paternidad (parenting, en inglés) como sinónimo de «ejercer como padres».
En España, el Juez de Menores Emilio Calatayud representa, como nadie, una voz autorizada sobre este tema. De acuerdo o no con sus sentencias y recomendaciones, su enorme impacto social revela un importante interés por el asunto.
Las palabras de este Juez «de un niño dictador, que hace lo que le da la gana, a los malos tratos hay un paso», son un toque de atención al problema que se da en muchos rincones del mundo. Luego del colapso de la autoridad vienen estos problemas. Previo a ese comentario, en una reciente entrevista, afirma:
«Los padres no tienen autoridad, se ha banalizado todo y no existe voluntad política de fomentar el esfuerzo, aquí se nos está igualando por la ley del mínimo esfuerzo y no, nos hemos equivocado a nivel político».
¿Cuál es el diagnóstico de la situación según Leonard Sax?
Sax afirma que durante las últimas tres décadas se ha producido una enorme transferencia de autoridad desde los padres hacia los hijos. Junto a esta transferencia se ha producido un cambio en la valoración de las preferencias y opiniones de los niños. En numerosas familias ahora importa tanto o más lo que piensan y quieren los hijos como lo que piensan y quieren los padres. «Que decidan los niños» se ha convertido en un mantra de buena paternidad. Para Sax esos cambios bienintencionados han causado un daño profundo a los hijos.
Este médico centra su diagnóstico en lo siguiente: el principal aspecto del colapso de la autoridad es la cultura de la falta de respeto.
Ya hemos afirmado que esta es una cuestión que está en el centro de la educación. Desplazarla en la actualidad no nos ha traído más que problemas.
¿Qué es lo importante?
Última reflexión por el momento, porque vamos a seguir comentando este importante tema. Sax señala una serie de parámetros medidos cuando un niño tiene 11 años:
- Coeficiente Intelectual.
- Calificaciones.
- Autocontrol.
- Apertura a las nuevas ideas.
- Simpatía.
Y se pregunta: ¿Cuál es el más determinante para la felicidad y satisfacción de la persona, en general, unos 20 años después cuando se haya convertido en un adulto de 31 o 32? Y sin más responde: la 3, el AUTOCONTROL.
Hasta hace poco la respuesta podría haber sido cualquiera, una cuestión de opiniones. Durante todo el siglo XX se ha descrito una variedad enorme de rasgos de personalidad, tantos que, según comenta el autor, nos han llevado a la confusión. Fueron los años del estudio del carácter, la caracterología, los tipos de inteligencia (que hoy sigue dando mucho que hablar). Al final de ese tiempo parece que la psicología se ha puesto de acuerdo en establecer unos pocos tipos con unas dimensiones de la personalidad y formas de inteligencia. En resumen, algo más inteligible que aún no hemos llevado a sus últimas consecuencias:
«La personalidad no tiene que ver con lo listo que sea uno, como tampoco tiene que ver con su altura o su fortaleza física».
Atención a la conclusión que recoge el autor de manos de las últimas investigaciones de la psicología. De entre las cinco dimensiones de la personalidad (diligencia, apertura, extraversión, afabilidad y estabilidad emocional), la más importante de todas es: la DILIGENCIA. Esta incluye rasgos subordinados como el autocontrol, la honestidad y la perseverancia, aunque esta asociación no es plena.
Cabe preguntarse, entonces, cuál de los 5 factores puede predecir la felicidad, la riqueza y la satisfacción. Y responde Sax: solo hay uno, la diligencia.
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