Eres la medida de las decisiones que tomas conscientemente

Aprendemos de muchas formas. También por imitación, en la mayoría de los casos no consciente. Pero es lo cierto que el ambiente modela nuestra conducta y forma de ser hasta hacernos piezas del mismo.

Aprendemos igualmente por contagio. Esta es una forma de imitación en el ambiente que nos cala. La mayoría de las personas son atraídas y no pueden evitar este contagio social que las forma de arriba abajo.

Una forma cuidada y, también, diseñada de contagiar es la manipulación. A día de hoy se han establecido las más sutiles formas de manipulación. En ocasiones, las personas hacen imposible decir no a lo que penetra en su conducta. Hoy, y lo sabes bien, esto se ha profesionalizado en grado superlativo, quedando sin timón la persona para ser un verdadero y original yo en el mundo.

Esta no es una visión negativa de lo que nos rodea. Es una visión realista que hay que advertir, denunciar y combatir. Sin embargo, siempre podemos preguntarnos, ¿se puede hacer algo por romper esta especie de maleficio de la vida moderna? En mi opinión, sí, hoy y siempre sí. Pero esto no es algo que viene dado. Como dice Axel Kaiser:

«Debemos establecer que el desafío consiste en cambiar las ideas en la sociedad de manera tal que el sentido común, las creencias y los valores predominantes sean aquellos que favorezcan la libertad y la prosperidad».

 

La libertad, lo más íntimo de mí mismo

Esto lo afirmaba Emmanuel Mounier, en un momento en que el mundo estaba amenazado por los totalitarismos fascistas y marxistas, en sus más diversas expresiones. Esto es, también, válido para hoy. Por dos razones. Porque la libertad, desde lo más profundo de la dignidad del ser humano, es lo primero. Y porque también hoy se expresa el totalitarismo de múltiples formas, en las familias, en las escuelas, en la política. De una manera sutil o abierta y clara, a la luz del día. Y esto último es cada día más frecuente.

Como afirma un autor que cada día me gusta más, Gabriel Zanotti:

«La libertad, gente, crea al mundo. Y los gobiernos lo destruyen».

 

Todo en la vida se vive en la relación entre mi yo y lo que me rodea. Dicho de otra manera. En las distintas formas en que se manifiesta la libertad, se dibuja todo lo que me rodea. Y aunque mi libertad está condicionada por muchos factores, la capacidad que tengo yo para hacer de mi persona un ser intencional, encierra el secreto de buena parte de la felicidad y el éxito en mi vida.

Hay que otorgar toda capacidad al yo personal para que éste pueda intencionalmente tomar decisiones. Esto es emprender. Esto es otorgar el mayor poder a tu persona y el comienzo de una vida personal plena. Esta vida plena estará llena de momentos altos y bajos. Pero nadie restará la capacidad que posee la persona de interpretar las cosas y enfocar la vida, de forma que vida y decisiones merezcan la pena ser vividos.

En el marco de tu libertad, otorgar poder a tu persona para que tome decisiones intencionalmente conscientes, supone dar un valor a la misma que pocas cosas pueden igualar.

Darte esa capacidad, y tiempo si es necesario, te llenará de plenitud, porque no hay nada como tomar el rumbo de la propia vida.

Urge, entonces, restituir el sentido de la persona libre y responsable. De ambas cosas seguiremos hablando.

 

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