Intervención didáctica: objetivos, contenidos, competencias, metodología y evaluación

Por intervención educativa se entiende el conjunto de acciones con finalidad, planteadas con miras a conseguir, en un contexto específico, los objetivos educativos socialmente determinados. La intervención educativa incluye, entonces, el conjunto de informaciones previas (fase diagnóstico), el conjunto de acciones de planificación (fase preactiva), de actualización en el contexto (fase interactiva, intervención) y de evaluación de la actualización (fase postactiva).

La intervención es praxis que integra acción, práctica y reflexión crítica; es relación entre dimensiones didácticas (relación con saberes/saber), dimensiones psicopedagógicas (relación con los alumnos/alumno) y dimensiones organizacionales (la gestión del espacio, del tiempo y de los medios organizacionales puestos en marcha), todo esto anclado en una relación con lo social como espacio temporal determinado. Además, el concepto de intervención educativa requiere el recurso a otro concepto indisociable, el de mediación y la comunicación didáctica. Tiene, además, una dimensión ética dado que la educación es un acontecimiento ético.

 

De forma sintética

El currículum se refiere a:

Objetivos, contenidos, competencias, metodología y evaluación.

 

El diseño curricular proporciona informaciones concretas sobre:

Qué, cuándo y cómo enseñar y evaluar.

 

Entendemos por estrategias de enseñanza aquellos procedimientos:

De los que se vale el profesorado para el aprendizaje significativo del alumnado.

 

La intervención educativa debe tener como objetivo prioritario posibilitar que el alumnado:

Desarrolle aprendizajes significativos.

 

En la elección de un buen material didáctico:

Debemos reflexionar cuál será el más adecuado para cada actividad.

 

Dentro de los recursos y materiales didácticos, lo más utilizados por los docentes son:

Los que usan el papel como soporte.

 

En la Metodología de una Unidad Didáctica:

Se debe tener en cuenta el papel activo del alumnado.

 

Para ser un buen profesor:

Se debe ser un buen evaluador.

 

El proceso de evaluación debe ser:

Global, continuo y formativo.

 

Las Unidades Didácticas serán innovadoras.

En la medida en que el profesorado así las diseñe y desarrolle en el aula.

 

En los Objetivos de una Unidad Didáctica se pretende:

Desarrollar las capacidades personales del alumnado, que aprenda y adquiera las competencias clave.

 

Un modelo de evaluación continua se basa en la posibilidad de disponer permanentemente de:

Información acerca del camino que está siguiendo el alumnado en su proceso de aprendizaje.

 

Los elementos que forman parte del cómo enseñar son:

Principios metodológicos, actividades, medios y variables espacio-tiempo.

 

La Programación Didáctica:

Es un instrumento que nos permite organizar la actividad docente.

 

Un error común de la Programación Didáctica es:

La falta de coherencia interna.

 

Las actividades educativas:

Son el detonante que condiciona el clima de las aulas y la forma de trabajar en ellas.

 

En el diseño de actividades se debe prestar atención:

Al interés del alumnado hasta el punto de motivarlos antes de iniciar la actividad.

 

Los objetivos didácticos deben ser:

Las metas a alcanzar.

 

El verdadero protagonista a la hora de desarrollar y poner en práctica una actividad es:

El alumnado.

 

Una de las características de las actividades de enseñanza y aprendizaje es:

Que facilite la comunicación y participación del alumno.

 

Uno de los distintos criterios que facilitan el diseño y selección de actividades es:

Que se acomode a las características personales de los receptores.

 

Las actividades de refuerzo son aquellas:

En las cuales se refuerzan conocimientos trabajados en clase.

 

Otro error común de la Programación Didáctica es:

Una Atención a la Diversidad indiscriminada.

 

Las estrategias metodológicas de enseñanza-aprendizaje se ven condicionadas por:

La madurez de los sujetos a quienes va dirigido el aprendizaje.

 

La evaluación:

Constituye un elemento y proceso fundamental en la práctica educativa, que permite recoger la información y realizar juicios de valor necesarios para la toma de decisiones respecto al proceso de enseñanza-aprendizaje.

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