Sillas voladoras en Educación Secundaria

Si alguien piensa que estamos hablando de sillas que vuelvan, efectivamente, le vamos a dar la razón. Habrá quien diga que estamos exagerando, pero lo cierto es, como afirma una de mis exalumnas del Máster de Formación del Profesorado de Educación Secundaria, hoy una excelente profesora de Formación Profesional, «te puedo asegurar que lo de sillas voladoras no es una metáfora. También pupitres en torre hasta llegar al techo, pizarras descolgadas de la pared…». Pero, tranquilos, termina su frase:

«y a pesar de todo al final se les coge cariño».

«Sillas voladoras» fue la expresión de uno de mis alumnos. No recuerdo bien quién. No creo, no obstante, que quien fuera tenga problemas en que seamos partícipes de la autoría de esta expresión todos los miembros del grupo clase. Fue el fruto de una reflexión en grupo, una especie de hallazgo de todos.

 

Qué hay detrás de las sillas voladoras de Secundaria

Hay una bonita historia detrás. Comenzó la clase. Todos estaban bien dispuestos a escuchar. Y comenzó la batería: teorías del aprendizaje, teorías de la enseñanza, fuentes del diseño y desarrollo curricular, qué es el currículum, los objetivos, contenidos, la metodología y la evaluación, qué es la innovación educativa, y, sobre todo, qué dijo fulanito y menganito, padres y madres de la cosa educativa. ¡Pero qué grandes!

En ese momento, una alumna levantó la mano y preguntó:

-¿Cómo aumentar la motivación en el aula?

A lo que otro siguió:

-¿Cómo aumentar el interés por la materia en mis alumnos, sus ganas de estudiar?

Y siguieron como voz en coro el resto…

-Un número amplio de mis alumnos odia las matemáticas, ¿qué puedo hacer? Mis alumnos no leen, ¿cómo les animo a la lectura? ¿Cómo hago que sean lectores eficaces? ¿Cómo aumento mi autoridad en el aula? ¿Cómo puedo ayudar a mis alumnos en sus competencias instrumentales? ¿Y en las emocionales?

Finalmente, como si fuera el Vale con el que termina el Quijote, alguien cerró el debate mientras el profesor escuchaba sin saber dónde meterse:

-¿Cómo puedo enseñar mi materia mientras veo en clase sillas voladoras?

 

Antes que las sillas, tenemos que aterrizar nosotros

Se habla mucho de cuán alejados están la vida real de la escolar, la teoría de la práctica, el sistema educativo de los problemas reales. Se dice, también, que resolver el problema es difícil. Pero se responde y se innova con excesiva lentitud.

Recuerdo que respondí en otro momento a uno de mis alumnos, muy preocupado por lo que pasa con las matemáticas, a quien agradezco que no parara de pensar todas las cuestiones, discutiendo en su interior y compartiendo con todos nosotros. Previamente me había acordado de lo siguiente:

Los chinos cuando tienen que maldecir a alguien le dicen: “Ojalá te toquen tiempos interesantes”. Pues, efectivamente, nos han tocado tiempos muy interesantes, donde podemos hacer nuestra gran obra como docentes.

Voy a repetir algunas de las palabras que me gusta recordar, hoy a modo de despedida de estos magníficos alumnos y alumnas, grandes profesionales, con los que he tenido el honor de compartir y que obrarán el milagro mañana…

 

Frente a sillas voladoras, el poder de lo sencillo

Hoy estamos en el mejor momento de la historia. Estamos ante la más grande oportunidad de hacer algo increíble en la vida, con nuestras vidas, para mejorar la vida de todos. Esto no es sólo un convencimiento, es una realidad. Todos los días se imponen aquellas ideas, aquellos proyectos, que partiendo de la verdad encuentran el mejor camino para ganar la vida. Es el tiempo de la verdad, de la excelencia, del bien y de la bondad.

Estoy seguro de que nada de lo bueno que ha ocurrido en tu vida hubiera tenido lugar sin las intensas experiencias vividas con anterioridad; si no hubieras conocido hace muchos años, también, el fracaso y la decepción. Hoy puedo decir que todas las dificultades, conflictos, trastornos y dudas están bellamente orquestadas para promover nuestro crecimiento.

Hoy entiendo la vida como un gran proyecto, cada día con más y mejores ideas sobre qué hacer en este apasionante tiempo que nos ha sido regalado.

Por ello, apasiónate por lo que haces, pon profundo amor en ello.

Aprende, convierte la vida en un puro aprendizaje. En la vida es importante lo que sabes y también lo que eres capaz de aprender.

Persigue con esfuerzo y determinación ese gran sueño haciendo del mundo un lugar mejor para los demás, de esta forma también lo será para ti.

Prepárate para la economía del bien común, donde el objetivo sea el bienestar frente a la acumulación de riqueza.

Coopera, colabora, comparte. La amabilidad es lo que construye negocios e iniciativas que perduran.

Y recuerda que cada día te envía oportunidades de aprender, crecer y mejorar. No las dejes escapar y si se van no hagas caso nunca a aquello de “es un tren que pasa sólo una vez en la vida”. No es así. La vida es como un autobús que pasa cada día, a cada hora, lo importante es que te subas en uno, hoy o mañana.

Luego sé responsable. Fija tus objetivos. Mantén tus promesas. Resuelve los asuntos importantes. Cumple tus tareas. Y hazlo con humildad, este es el ingrediente para crear un bello legado.

 

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