A lo largo y ancho del mundo se alzan propuestas de educación personalizada. Tienen el interés de colocar cada día más en la diana a uno de los verdaderos objetivos de toda educación: centrarse en la persona a la que debe servir.
La lógica está trazada, de forma creciente, porque cada conocemos más y mejor cómo es el ser humano y cómo aprende. La historia ha sido un buen aliado en este sentido, aportando conocimiento desde la filosofía de antaño hasta la neuropsicología más actual.
Se trata de un tema de múltiples matices y, cómo no, oportunidades, algunas de ellas fallidas hoy. De ello me gustaría hablar brevemente.
¿Educación o aprendizaje personalizado?
No todo lo que se dice o “se vende” como educación personalizada lo es. Pondré algunos ejemplos y aduciré algunas razones.
Lo más importante de todo es que hoy los que más éxito están teniendo en torno a este tema, con propuestas creíbles, hablan de aprendizaje personalizado. Tal vez parezca una apreciación de poca importancia, pero en suma se trata de virar todo el interés hacia la persona que aprende, verdadero centro de nuestras inquietudes.
Hablar de educación personalizada, entonces, podría ser una manera de confundir a quienes forman la comunidad educativa, poniendo el acento donde no debe estar: en la educación. Centrarse en la persona a la que se educa es, mejor entonces, comprender que lo importante es el aprendizaje y su mejora.
Alt Schools y el aprendizaje personalizado
Sirva el ejemplo de las Alt Schools, escuelas fundadas por Max Ventilla, exmiembro del equipo fundador de Google+, en donde sólo se habla de aprendizaje personalizado (personalized learning). La presentación que hace de estas escuelas sitúa la cuestión:
“Somos una comunidad de micro-escuelas colaborativa que empleamos maestros destacados, investigación profunda e instrumentos innovadores para ofrecer una experiencia de aprendizaje personalizado y centrado en el niño de forma integral de cara a la próxima generación”.
Añaden, además, sus rasgos de identidad, que para ellos son sus valores: son escuelas que están 100% centradas en sus alumnos; son dinámicas, rigurosas, diversas, comprometidas con la comunidad, en estrecha colaboración con los padres y, finalmente, son escuelas divertidas, lo que permite promover la motivación, la pasión y la creatividad.
Estas escuelas tienen en el uso de la tecnología más actual un gran aliado. Les permite hacer un seguimiento de cada sujeto educando de forma que es la educación la que se pone al servicio de los procesos de aprendizaje genuinos y únicos en cada persona. En lo demás es posible que hayan inventado poco, pero lo que hacen lo hacen bien. Es una educación fiable y viable.
Es admirable escuchar a Max Ventilla, cuando buscas información sobre ellos en youtube, su dominio de la cuestión educativa, sus ideas sobre el aprendizaje, ¡siendo ingeniero informático!
Educación personalizada light y hasta fraudulenta
Esta luz sobre la verdadera educación personalizada pone de manifiesto otra forma de educación personalizada, esta vez light y hasta fraudulenta en algunos casos. Algunos ejemplos serían: basar todo en algunas preceptuaciones al año, olvidar los estilos y ritmos de aprendizaje de la persona, estar cegado, así mismo, ante las diferentes capacidades del alumnado, conceder más importancia al grupo que a la persona, premiar siempre a los mismos alumnos, innovar poco, admitir prejuicios negativos sobre determinados alumnos, hacer caso omiso a las diferencias de personalidad de las personas, conceder nula importancia a la interdisciplinariedad y a la creatividad, etcétera.
¿Qué hace imposible el aprendizaje personalizado?
Hay cuestiones que imposibilitan seriamente el aprendizaje personalizado del alumno. Las hay de diversa índole, siendo las más frecuentes: la escasa formación del profesorado, inicial y permanente, la falta de sensibilidad ante estas cuestiones, las teorías subjetivas docentes equivocadas en torno a lo es el aprendizaje, los prejuicios, etc.
De todo esto se habla muy poco, pero debería doler mucho.