Nos referíamos al retraso en el desarrollo como el «cajón desastre» donde cabe todo, algo que comprometía al desarrollo del niño en su totalidad. Alguno dirá que esto tiene ciertas ventajas, pero no cabe duda de que igualmente posee grandes inconvenientes.
«Retraso» nos remite habitualmente al retraso psicomotor, del desarrollo o madurativo, y hace referencia a una forma más lenta en la secuencia normal de adquisición de los hitos del desarrollo.
El desarrollo infantil puede ser entendido como un proceso ordenado, secuencial, progresivo y coherente, que conlleva un conjunto de cambios cualitativos y cuantitativos en el individuo. Esta perspectiva permite a psicólogos como Piaget admitir el desarrollo como un proceso de equilibrio, «un paso perpetuo de un estado menos equilibrado a un estado superior de equilibrio». Sin embargo, toda perspectiva puede admitir la crítica cuando se redefinen sus conceptos. ¿Qué es equilibrio? ¿Cuál es el patrón? ¿Qué canon?
Pensar esta cuestión es de vital importancia para establecer nuevos significados que permitan la admisión de lo dado y dejar de justificar las injusticias que, en ocasiones a lo largo de la historia, hemos establecido en torno a las diferencias humanas.
Diversidad en los factores de riesgo
¿Cuántos factores de riesgo del retraso en el desarrollo existen? La respuesta es muchos. Sin bien, la necesidad de poner luz sobre los mismos permite establecer clasificaciones. Recorremos ahora una de las clásicas y, al mismo tiempo, sencillas, aquella que hace referencia al conjunto de factores de riesgo asociados al niño y los asociados a la familia en los primeros años.
Los factores son las condiciones o los entornos capaces de favorecer el desarrollo de individuos o grupos y, en muchos casos, de reducir los efectos de situaciones desfavorables. Por eso es bueno tomar nota de todos ellos. Lo importante es tenerlos en cuenta, actuar en consecuencia minimizando su efecto o tomándolos como oportunidades para la mejora.
Factores de riesgo asociados al niño
- Niños poco demandantes, poco interactivos, demasiados buenos.
- Niños con dificultades para calmarse.
- Trastornos funcionales del sueño, alimentación, control de esfínteres.
- Enfermedades e intervenciones quirúrgicas.
- Inseguridad y baja autoestima.
- Temperamento difícil.
- Niños con poco juego.
- Dificultades acumuladas en el desarrollo evolutivo.
- Múltiples cambios vitales estresantes, separación de padres, cambios de ciudad de residencia, pérdida de amigos…
- Baja tolerancia a la frustración.
- Niños que no tienen curiosidad por explorar.
Factores de riesgo asociados a la familia
- Progenitores con trastornos psicopatológicos.
- Problemas intrafamiliares. Violencia familiar entre los padres, de padres a hijos…. (frecuentes y severas disputas y conflictos caracterizan la vida familiar).
- Pseudoabandono infantil por el estrés laboral.
- Familias donde predomina el desamor y el rechazo entre sus miembros.
- Situaciones de separación familiar traumáticas con sentimientos de fuerte hostilidad entre los padres…
- Progenitores que no ponen límites de conducta claros, estables y coherentes.
- Desinterés por el aprendizaje de sus hijos/as y falta de motivación por el rendimiento académico.
- Padres con actitudes incoherentes, indiferentes o con excesiva ansiedad ante las responsabilidades de crianza.
- Discontinuidad en los cuidados parentales.
En muchas ocasiones es muy difícil determinar un factor de riesgo predominante; si bien hay situaciones que algunos aparecen muy evidentes. Más allá de esto, los factores de riesgo interactúan conjuntamente, por lo que generalmente un conjunto de ellos interactuando y mantenidos en el tiempo suelen ser desencadenantes de situaciones problemáticas.
No dejes, pues, de prestar atención a todos y cada uno de estos factores de riesgo, si es que crees que alguno o varios de ellos forman parte de tu cotidiano y pueden ser determinantes de un retraso en el desarrollo de aquel niño o niña que educas y, también, amas.
Si te gustó no dejes de darle a ME GUSTA en Facebook, Twitter, Google+ y LinkedIn, donde también está este artículo. ¡Gracias por COMPARTIRLO!
Si quieres saber más
Andrés Viloria, C. y Fernández González, A. (2016). Las prácticas de crianza de los padres: su influencia en las nuevas problemáticas en la primera infancia. Revista Nacional e Internacional de Educación Inclusiva. 9 (1), marzo, 30-42.
[…] niños y niñas abandonan la infancia y se encuentran en la adolescencia y juventud, pueden aparecer nuevos problemas. Aquí el retraso o el trastorno se mezclan con determinadas “crisis” que pueden terminar por […]