¿Que la educación llegue a los platós de televisión es necesario? ¿Es de interés nacional? ¿O es un número más del circo en el que parece que estamos?
La aparición de Eva Hache hace algunos meses en el programa de Risto Mejide volvió a recordarnos una parte de este debate. El presentador (Risto) comenta con la entrevistada (Eva) sobre la educación en España. Risto va dando su opinión, que no tiene otro interés que provocar la opinión de Eva. Desde el primer momento se ven dos concepciones distintas de la educación, sobre todo escolar. La de Risto es reclamada por una parte de la sociedad. Una muestra es la siguiente, en palabras de Risto:
«¿Progresa adecuadamente?» (El presentador pone cara de asombro y responde con fuerza…). «¡¡Insuficiente!!». (Con todas las consecuencias por no haber aprobado).
Eva Hache le responde:
«Seamos, seamos…», interrumpe Risto y dice: «¿flexibles?»; le responde Eva: «originales». Y sigue Eva: «¿Por qué un niño tiene que copiar 17 palabras, hacer cosas mecánicas no sirve para nada. Queremos que los adultos no sean sumisos, queremos que sean originales, que luchen por sus derechos; y en cambio a los niños les estamos enseñando a que tienen que hacer lo que les digan. ¿Cómo se conjuga eso?».
Esta concepción añorada por Eva es la que de alguna manera ha traído a España las tres reformas generales de la educación. Al menos ha sido así en teoría, no tanto en la práctica: la práctica educativa en cada institución escolar «es un mundo». Por otro lado, muchas de estas ideas se han usado para formar a docentes, en general, desde las Facultades de Educación, válidos tanto para la Educación Primaria como la Educación Secundaria.
Dos concepciones de la educación diferentes y en colisión
El debate es muy interesante y, por así decirlo, de escaso fruto. ¿Por qué? Porque no pasa de la TV. Es un debate que no llega casi ni a la sociedad, más allá de algunas miles de personas que comentan el tema y lo ponen en los muros de sus redes sociales.
Es un debate que, por supuesto, «no llega a la política». Prácticamente por dos razones:
- Porque las reformas de la educación (LOGSE y LOE) han sido llevadas a cabo en España por un partido fundamentalmente. La otra (LOMCE), de manos de otro partido, no cambia prácticamente nada de las anteriores.
- Porque reformar la educación en España es muy complicado. Es un lugar de batalla donde todos los que añoran una especie de «pacto de Estado» sobre este tema tendrán que esperar, y mucho, para ver algo que no llega por imposible.
Por tanto, que no llega a la política quiere decir que no hay verdadero debate ni, lo más importante, acuerdo sobre mínimos entre aquellos que harán la ley para ser cumplida por todos nosotros. ¡Cada cual está en su idea!
Estamos creando gente sumisa, estamos creando esclavos
Esta es otra frase de Eva Hache a lo largo de su entrevista con Risto Mejide. Ambos son expertos provocadores. Se dedican a eso. Pero la entrevista parece sincera. Eva dice lo que piensa y siente sobre la educación. La frase es muy fuerte y, más allá de que nuestro sistema esté creando de verdad ¿esclavos?, nos podríamos preguntar: ¿De verdad la educación en España crea esclavos?
Por cierto, he viajado mucho, bueno, lo suficiente, y conocido decenas de escuelas por buena parte del mundo. He conocido y compartido con profesores y alumnos de todas estas escuelas la pedagogía que les mueve día a día. Algo tengo claro: en un mundo donde nuestras formas de vida son bastante similares por doquier, igualmente similares son las pedagogías como instrumentos que posibilitan la vida en las escuelas.
Las escuelas en España no son distintas a las del resto del mundo, ni en Europa, ni en Latinoamérica. Obviamente hay excepciones y aunque todas las escuelas tienen «personalidad propia», abunda la misma pedagogía. Es decir, en educación todos hablamos el mismo idioma pedagógico.
Por eso Eva, ¿todas las escuelas de este mundo conocido y similar al nuestro está creando «gente sumisa y esclavos»? ¿Qué opinan maestros y profesores?
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De acuerdo con esta publicación y con el pensamiento de Eva, he de reconocer que año tras años nos han inculcado un mismo pensamiento en la escuela, siguiendo unos pasos y dejando atrás nuestros gustos personales, a la misma vez que tampoco nos han permitido mostrar nuestra capacidad más allá de realizar una prueba para ver lo que hemos «aprendido» ya que la educación se hace de una forma general en vez de una forma personalizada a las necesidades de cada alumno.
En conclusión, he de decir que el método de educación debería inspirarse más en la motivación, en el desarrollo personal e individual y en un aprendizaje coherente, el cual nos funcione para la vida diaria y para un futuro.
Me gustaría comentar sobre este documento, que estoy bastante a favor con Eva, muchos profesores tanto en la educación obligatoria como en la profesional te enseñan de manera estricta, sin motivación y poca creatividad para enseñar y llamar la atención a sus alumnos.
Para terminar me gustaría comentar un caso que me paso en primaria con una profesora: mi amiga y yo le quisimos hacer la broma de cambiarnos el nombre ella se llamó Rocío y yo Isa; nuestro castigo fue leernos «El lazarillo de tormes» con tan solo 6 años, un castigo que creo que no nos serviría para aprender que eso lo deberíamos de haber hecho sin darnos ni un porque de lo que no se debía de hacer.