Si tu hijo no te obedece, ya puedes tirar la toalla

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—No sé qué vamos a hacer, —me decía esta profesora—, pasamos un momento delicado.

Mientras, gesticulaba con la cabeza como con pesadumbre. Y terminaba la frase:

—En la escuela estamos afrontando retos muy complicados con muchos niños y niñas que «están por hacer».

¿Niños que están por hacer? ¿Momento delicado? ¿Retos muy complicados? Pero, ¿qué es esto? Cualquiera diría que los profesores no están preparados para el tiempo que nos ha tocado vivir. ¿Las instituciones encargadas de formar a estos profesores les formaron adecuadamente? ¿Dónde está el problema? ¿Hay acaso problema?

Una maestra agobiada pensando en 6º de Primaria

El fin de semana pasado tuve una interesante conversación con una maestra de Educación Primaria. El año que viene enseña en 6º, niños y niños de 11 años aproximadamente. Último año de la Primaria antes de su estreno en la siguiente etapa: Educación Secundaria. La maestra tiene 20 años de experiencia.

—Los niños cada vez más energía, y yo cada vez menos. Por momentos el clima del aula enrarecido, con un buen puñado de niños que no son capaces de seguir las pautas, prestar atención, concentrarse, callar cuando se les manda, trabajar con rigor, respetar…

Palabra a palabra, estas eran las frases que salían por la boca de esta maestra experimentada. Estaba agobiada pensando en su nuevo curso.

Y yo me preguntaba si todos los profesores tenían la misma percepción. He visitado decenas de colegios en más de 20 países y, en la creencia de que estamos en un mundo globalizado, intuía que los problemas serían los mismos por todos lados. ¿Realmente es así?

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Foto: http://www.dailymail.co.uk/

Crisis de autoridad en la educación

«Hay crisis de autoridad cuando los educadores no tienen la fuerza suficiente para compensar la incompleta madurez del niño por medio de una cariñosa guía y cuando, por otra parte, la juventud se decide a liberarse de sus vínculos con quienes tienen la responsabilidad de ellos, poniéndose en dificultades consigo mismo y con el mundo entero a causa de su falta de madurez».

Este párrafo pone a los lectores de esta obra ante el tono general del problema. Leí este libro, La crisis de autoridad en la educación, de Willi Vogt, en mis años jóvenes. Lo adquirí en un anticuario, era una obra editada en 1970. Esa época era muy dada a reflexiones sobre el tema. Dos años después del mayo de 1968, se tambaleaba todo lo relativo a la autoridad. El autor reflexiona sobre las diferencias entre potestas y autoritas.

El problema, para muchos, ha ido a más. Más que una crisis de la autoridad puede que se trate de una ausencia de la misma. Será fácil, entonces, decir que se ha claudicado ante el problema. El caso es que la falta de apoyos de quienes hicieron la ley y debían velar por su cumplimiento ha podido contribuir a hacer más profundo el ocaso de la autoridad en la educación.

Y parece que no se tiene claro que son los padres quienes educan a los hijos y no al revés. Pero, claro, padres y madres han quedado como en una isla, un lugar casi sin apoyos y sin criterio, delante y a merced de enormes poderes fácticos, donde el consumo y la transformación social eran la única consigna. Así, educar se ha convertido en tarea heroica.

Entonces, un deja el móvil, un ponte a estudiar, una pequeña discusión y de repente te encuentras acusado de maltrato por tu hijo adolescente frente a un juzgado. ¿Quién quiere esto?

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