El fracaso escolar #5 – ¿Harto de que evalúen a tu hijo? Los instrumentos y la vida después de la evaluación (1 de 2)

International students Ireland Finland 2016-2017 Huelva University José Manuel Bautista

Hemos comentado muchos aspectos interesantes sobre el fracaso escolar, sin duda a tener en cuenta desde el primer momento. El tema es serio, ya vemos. Pero hemos de enfocar bien desde el principio, si no queremos desenfocar el problema y desde ese momento ir hacia una pobre o nula solución del mismo. Eso sí, muchas veces previo pago de sumas ingentes de dinero y un largo tiempo perdido.

Pon un test en mi vida

Y dan comienzo las evaluaciones de tu hijo o hija. Los profesionales hacen uso de los tests de forma generalizada. Un test para esto y un test para lo otro. La gama es inmensa. Y tu hijo tiene que presentarse en el lugar de trabajo de esos servicios profesionales en varios momentos, “es que le van a pasar unos tests”.

A veces, si lo que afecta a tu hijo tiene un corte emocional y no quiere, incluso, salir a la calle, le costará ir a esos servicios profesionales esas dos o tres veces necesarias para realizar una gama amplia de tests. ¿Qué hacer entonces? Salir a la calle puede ser traumático. Dar cita a la hora que más gente hay en la calle es aumentar el problema. Pero no parece haber otra salida.

Cómo se evalúa

La evaluación remite a información, valoración y a una comunicación de esos dos elementos anteriores a terceros, que pueden ser padres, tutores, u otras instituciones.

Una definición de evaluación psicopedagógica, de entre las muchas que puede haber, es la que nos propone la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, ley en vigor en España desde 2013). Para ella, esta evaluación es el conjunto de actuaciones encaminadas a recoger, analizar y valorar la información sobre las condiciones personales del alumno, su interacción con el contexto escolar y familiar y su competencia curricular.

Esta información que se aporte del caso puede incidir más en aspectos psicológicos o más pedagógicos, en función del caso y de las necesidades. Algo que podemos hacer desde el principio es preguntarnos si el problema es causa o consecuencia de lo educativo. Recuerda que hablamos de fracaso escolar. Simplemente, el alumno no va bien. Así que es el momento de preguntarnos ¿por qué?

Aportar algunas respuestas o intuiciones iniciales puede ayudar. Más tarde hay que aplicar instrumentos que nos aporten información lo más rigurosa, válida y fiable posible. De ello depende el siguiente paso relativo a la intervención educativa especializada o compensadora, algo que contempla la ley.

Como hemos mencionado, esta evaluación constaría de dos fases: recogida de información y valoración y la realización de un informe de esa evaluación. Así pues, no olvidemos ninguna de estas dos fases (lo digo sobre todo por esta última, que en ocasiones se queda sin hacer).

evaluación personalizada José Manuel Bautista

Elección de los instrumentos de evaluación

Volvemos a las primeras líneas para decir que la gama de instrumentos que existe es amplia. En ámbitos escolares es importante, sobre todo, tener en cuenta que la elección que se haga de los mismos depende del enfoque de evaluación que se tenga de lo que es la evaluación. Un enfoque tradicional abogaría porque todos los alumnos aprenden de la misma manera. Dentro de este marco interpretativo, la enseñanza y la evaluación se pueden estandarizar, es decir, no hay que personalizar nada, el uso de los mismos instrumentos para todos es algo viable y posible.

Sin embargo, desde un enfoque crítico, una cuestión clave es que no existen alumnos estándar. Es decir, se aboga porque cada estudiante construye su propio aprendizaje a partir de sus saberes previos y mediados por otros. Consecuentemente, la enseñanza y la evaluación se han de diversificar necesariamente.

A veces olvidamos esta cuestión, pero la misma expresa, de forma, sencilla, que no hay un solo cristal con que mirar la cuestión. Es más, abogar por uno u otro puede dar resultados contradictorios. Es por ello que aunque esta cuestión parece estar abocada exclusivamente a la elaboración de los instrumentos de evaluación pedagógica, es un criterio que permite orientar la evaluación igualmente psicopedagógica.

Si cada enfoque tiene objetivos diferentes, entiende de manera, incluso opuesta, las finalidades de la evaluación psicopedagógica, por supuesto utiliza técnicas e instrumentos diferentes.

Es hora de mencionar las más importantes técnicas de un proceso evaluativo, las cuales pueden ser: Entrevistas, Pruebas Psicopedagógicas y Observación Sistemática. Más información en el siguiente post.

Atento entonces al próximo episodio sobre el fracaso escolar, repasaremos más ampliamente esas técnicas del proceso evaluativo. Hasta entonces, recibe un cordial saludo.

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